domingo, 25 de enero de 2009

El Mirador






















Había en la casa una escalera de metal tipo caracol que me daba miedo subir. Era gigante, llegaba hasta el tercer piso. Desde allí se podían ver muchas cosas. Me sentaba con cosquilleo en el estomago en el peldaño más alto a contemplar todo el barrio y a veces a mirar como se hacia de noche: Como el cielo cambiaba de color. Corría mucho viento y era como si se detuviera el tiempo y todo se veía chiquito desde arriba.

Por eso gustaba: me hacía sentir grande, poderosa mi cabello negro se movía mucho y me gustaba sentir el frío en mi cara.

En ese lugar me sentaba a pensar sobre todas las cosas que me pasaban durante el día. Era viernes y tocó Educación Física lo que me permitía quedarme con el buzo del colegio hasta la noche. No sé que me pasó era tarde, según yo, tenía una cita con Dios en el mirador.

Le iba a reclamar el porque de las divisiones de tres cifras, las menestras, el arroz con pollo, y los muertos de todas las semanas. Ya no era tan bonito todo. Le iba a pedir vacaciones. En verano las cosas con claras, mas bien son amarillas. Hay helado, no hay muchas menestras y hay la libertad de dormir mucho. Desaparecen las divisiones de tres cifras. Y hay más gaseosa con hielo disponible. Unas vacaciones urgentes y necesarias.

En la clase de religión dijeron que Dios tenía todo el poder para hacer cualquier cosa. Pensé entonces que podía cambiar el invierno blanco en el verano amarillo total se lo pedía con bastantes ganas.

Suspiré e inicié mi monólogo infantil.
“Hola Dios, no, ese no es un buen saludo para ti.¿ Qué te parece Querido Dios? Suena mejor, no?.

Entonces Dios iniciemos desde el principio. Querido señor Dios he venido a hablar contigo y a poner las cosas en claro. Yo sé que tú me amas y mucho. En serio gracias por mi cama y mis juguetes, por hacer que pase el examen de matemáticas. Gracias en serio. En verdad haces muchas cosas por mi y quizás no deba pedirte nada pero ya pues, quiero pedirte algunas cositas. Mira, yo hago todo mi esfuerzo y no logro entender las divisiones de tres cifras. Me dan dolor de cabeza y mancho los cuadernos porque no me salen los resultados. Hace unos días descubrí la calculadora y se puede hacer todo más rápido, pero la miss me la quitó.

Dice que debo aprender y que sólo los flojos usan calculadora.

Dios, entonces mi mamá y mi papá y mis hermanos y hasta la propia miss es una floja con que derecho me quitó la calculadora. En serio Dios que se cometen injusticias en este mundo. Por eso y para que me hagas justicia vengo a hablarte debes hacer algo te doy dos opciones o desapareces del mundo las divisiones de tres cifras o le lavas el cerebro a la miss para que me deje usar la calculadora. A ti no te puedo mentir y sabes que he tratado de entenderlas pero no puedo!.

El segundo punto son las menestras. No les encuentro gracia, además como que les falta algo. A veces las trago con agua pero me causan dolor de panza. Mi hermana luego tiene gases y no se puede respirar. De verdad de todas las cosas que inventaste, créeme que las menestras no fue una buena idea. Prefiero la milanesa con arroz y ensalada. Sé que no se debe despreciar la comida pero a veces es tan fea. Disculpa por eso.

Ahora vamos al tema del día. Tú entiendes todo y sabes todo y puedes todo. Estoy triste Dios no me gustan las bombas. Me asustan mucho y me da pena ver los muertos en la tele me da miedo Dios. Cuando escucho las sirenas de los bomberos o la ambulancia me da miedo. Parece que fuera a pasar algo. Por mí desaparezco las bombas no las quiero Dios. Me dan miedo y lo peor es que mamá también se asusta y a ella nada la asusta. Eso significa que es algo horrible.

¿Cuidaste al señor por el que recé el otro día? Ojalá y no se te haya olvidado. En serio se le veía mal. Pobrecito no entiendo Dios. Tengo miedo. En serio que tengo miedo.

Mamá esta abajo trabajando y si voy a verla así de llorosa se pondrá triste Dios.

Ya no hay más por hoy querido Dios, voy a ver tele luego te hablo antes de dormir. Buenas tardes chau….

Bajé a mi cuarto y una sensación entre llorar y reír me inundó por completo. Me dio frió de pronto y por suerte mamá cerró la farmacia y subió a dormir en mi cuarto. En serio no se porque razón. Dios me hizo el milagro.

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